Un depósito de agua potable, como su propio nombre indica, es un recipiente preparado para almacenar agua que puede ser consumida por los humanos sin problemas. Son bastante comunes en lugares en los que suele haber cortes de agua con frecuencia. En muchos casos suelen ser localidades de pequeño tamaño en zonas en las que el agua potable no es muy abundante. También en aquellas en las que hay problemas de canalización y suministro. Y en aquellas en las que su número de habitantes aumenta con la llegada del verano, y por lo tanto puede escasear el agua. Además, su uso es obligatorio en viviendas que tienen una altura superior a los 19 metros, en combinación con grupos de presión. Esto se debe a que la presión del agua por si sola puede no ser suficiente para que el agua llegue a los pisos superiores con facilidad.
Los edificios y comunidades de propietarios, así como las residencias de ancianos, hoteles, etc. deben estar dotados de depósitos de agua potable (depósitos y/o aljibes de agua) siendo su función el abastecimiento de agua potable al grifo del consumidor.
La construcción de este tipo de depósitos no es algo nuevo, ya que se llevan levantando décadas en muchos sitios. Y aunque todavía se pueden encontrar en el terreno de las viviendas pozos y depósitos antiguos de agua, en la actualidad están siendo sustituidos por otros modernos, de fibra de vidrio, y capaces de almacenar el agua en las mejores condiciones tanto higiénicas como sanitarias.
El agua se considera de buena calidad cuando está limpia y salubre, sin microorganismos patógenos ni contaminantes físico-químicos que afecten a la salud de los consumidores de forma negativa. Existe una cadena de garantía sanitaria que nos protege y asegura de la calidad del agua hasta la entrada de los edificios y es ahí donde radica el problema.
Por estos motivos hay que recalcar la importancia que tiene mantener adecuadamente las instalaciones interiores de agua de consumo humano, y en concreto los depósitos interiores, que cumplirán todos los requisitos aplicables, y se mantendrán, limpiarán y desinfectarán, de acuerdo a la normativa aplicable. De esta forma, la calidad sanitaria del agua de consumo conservará en las mismas condiciones que la suministrada por la empresa de aguas.
Los vecinos y propietarios son los responsables del agua de su edificio desde que entra por el contador. No lo tomen como una obligación, complementarlo como una necesidad.
Cómo es un depósito de agua potable actual
Generalmente, un depósito de agua potable ya viene prefabricado, de manera que sólo hay que contar con el hueco necesario para instalarlo. Generalmente están fabricados en poliéster reforzado con fibra de vidrio especial. El material en cuestión se llama PEAD y evita que el agua de su interior coja olores y sabores. Además, está autorizado por Sanidad, y es completamente reciclable. Por lo tanto, tienen una elevada resistencia química y mecánica. Así que pueden permanecer al aire libre sin problemas. Y la corrosión no les afecta. Por lo tanto, el agua que se almacena en su interior no sufrirá alteraciones.
Estos depósitos se pueden enterrar, instalar en interiores o dejar al aire libre conectados a la red. Pueden utilizarse solos o conectados unos a otros en batería. Eso sí, para conectarse a la red de abastecimiento de agua se necesita un kit especial, que se intercala entre la acometida de agua de la casa y el depósito. Este kit incluye un regulador del caudal de agua, así como de su presión. Con él, el sistema se encarga de, según sea necesario o no, utilizar el agua que hay en su interior. Se trata de un sistema silencioso, que puede por tanto instalarse incluso en el interior de una vivienda.
Consideraciones importantes para la instalación de depósitos de agua potable
Con la idea de optimizar el funcionamiento de los depósitos de agua potable cabe destacar la importancia de las siguientes recomendaciones.
Todo depósito y cisterna para el agua de consumo humano de una instalación interior deberá situarse por encima del nivel del alcantarillado, estando siempre tapado y dotado de un desagüe que permita su vaciado total, limpieza y desinfección.
Es importante evitar largos tiempos de retención por lo que el agua deberá renovarse al menos diariamente, evitándose su estancamiento.
La instalación debe permitir una fácil y eficaz limpieza periódica, con desagües de fondo y debe disponer de un sistema de purga para su vaciado total cuando se vaya a realizar la limpieza.
Los depósitos deben estar situados por encima del nivel de alcantarillado y deben disponer de rebosaderos sin conexión directa a dicha red.
Mantener, a ser posible, la temperatura del agua por debajo de 20ºC.
Mantenimiento de un depósito de agua potable
El agua es un derecho humano, tal y como dice la ONU en su Declaración de 28 de julio de 2010 en Bolivia y por tanto, tenemos la responsabilidad de respetar su uso y de realizar un adecuado mantenimiento. Es un bien necesario para nuestras vidas y, por ello, existen varias normativas que protegen de su uso:
• Real Decreto 140/2003, Calidad agua de consumo
• Real Decreto 865/2003, Prevención de legionella
Para el mantenimiento y desinfección de aljibes de agua fría o depósitos de agua potable, nos fijamos en la siguiente normativa. El Real Decreto 140/2003 tiene por objeto establecer los criterios sanitarios que deben cumplir las aguas de consumo humano y las instalaciones que permiten su suministro desde la captación hasta el grifo del consumidor y el control de éstas, garantizando su salubridad, calidad y limpieza, con el fin de proteger la salud de las personas de los efectos adversos derivados de cualquier tipo de contaminación de las aguas.
Los responsables del cumplimiento de lo dispuesto en este Real Decreto y de realizar los programas de mantenimiento periódico que garanticen el correcto funcionamiento de sus instalaciones, con el fin de que no representen un riesgo para la salud pública, serán los titulares de las instalaciones.
El pobre mantenimiento de las instalaciones interiores puede provocar contaminaciones de dos tipos:
- Microbianas por:
• entrada de agentes externos
• pérdida de cloro por escasa renovación del agua
• falta de limpieza
- Físico-químicas por:
entrada de elementos externos